Es habitual decir que los grillos cantan por la noche aunque no es del todo exacto. Un cantante emplea sus cuerdas vocales como instrumento musical, y los grillos no tienen. Estos insectos, que pertenecen al grupo de los ortópteros —mismo grupo que los saltamontes—, generan sonido mediante un proceso llamado estridulación. El primer par de alas de los grillos son duras, coriáceas, y disponen en el envés de varias filas de dientecitos diminutos que, al rasparlos contra la superficie del otro ala —rugosa—, generan ese “crii crii crii” tan característico.
Así pues, el grillo más que un vocalista, es un instrumentalista. La base orquestal de toda una banda sonora que inunda las noches españolas.
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